Curso "Finanzas para No Financieros"

Ya las primeras civilizaciones tuvieron que pensar en métodos para apuntar, fundamentalmente, los bienes que tenían. Los Reyes necesitaban llevar la cuenta de los impuestos recaudados y dónde los gastaban.

Fray Lucas de Paciolo en 1494 publica su tratado titulado “Summa de aritmética, geometría, proportioni et proportionalita”, divido en dos partes; la primera en aritmética y álgebra y la segunda en Geometría, ésta última subdivida en ocho secciones, siendo la última de éstas el “Distincio nona tractus XI” titulado “Trattato de computi e delle scritture”. Es en este momento cuando aparece la partida doble, la contabilidad tal y como hoy la conocemos.

La necesidad de llevar las cuentas de lo que se tiene, de lo que se debe, de lo que entra o de lo que sale surge, como hemos visto, desde el origen de los tiempos. La evolución posterior se debe a la aparición de los ordenadores, la capacidad de almacenar y procesar miles, millones de datos ha evolucionado la contabilidad.

Por otro lado, las empresas, las sociedades, están en el mercado para obtener ganancias, utilidad, y hay que establecer una forma de medirlo para poder evaluar si ese objetivo se ha conseguido. De una u otra forma, todas las personas terminamos teniendo relaciones económicas con una empresa: por trabajar en ellas, por formar parte de su clientela, proveerles de bienes y servicios, desempeñar un papel inversor o financiador o como parte de la ciudadanía que tiene curiosidad al respecto. Por todo ello es importante acercarnos al mundo financiero y contable a través del conocimiento de las principales herramientas que se utilizan, así como el amplio vocabulario que rodea esta materia.